El nadador es pura fuerza de voluntad.
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Sí porque tú quieres nadar y entrenar duro.
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Sí porque eres tranquilo, tienes paciencia y eres perseverante.
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Sí porque eres capaz de poner toda tú fuerza en el objetivo a
conseguir.
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Sí porque eres constante y no fallas, casi nunca, a los entrenamientos.
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Sí porque también eres explosivo.
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Sí porque valoras todo a tu alrededor y la forma en que puedes
conseguirlo.
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Sí porque vas superando los obstáculos que van apareciendo, en el
transcurso de tus entrenamientos.
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Sí porque nadas día tras día a fondo, esforzándote y cuidando de tu
salud.
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Sí porque quieres emular a ese ídolo tuyo y no decepcionarlo.
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Sí porque tu carrera deportiva va transcurriendo según lo previsto.
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Sí porque te propones conseguir tus objetivos.
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Sí porque a veces no te salen las cosas bien y fallas en tus sesiones
de entrenamiento y en las competiciones, pero no te vienes abajo, sino que
sigues adelante.
Y chico/a después de decirte todo esto, a mi como
entrenador, no me queda ninguna duda, de que los nadadores son pura fuerza de
voluntad.
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