Es evidente, ya que
es una manera natural de evitar el sedentarismo, y estas son algunas de las razones porque me gusta nadar:
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Porque me relaja y me siento bien.
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Porque me hace feliz.
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Porque me gusta y me atrae el agua.
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Porque me ayuda a pensar.
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Porque al avanzar siento el agua en la
cara y es una sensación muy relajante.
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Porque disfruto del agua y del
entorno.
Y a tí ¿por qué te
gusta nadar?
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