Ya estás en plena temporada natatoria, te esfuerzas
y sufres en los entrenamientos, y a veces soportas el desaliento, y piensas y
dudas de tus fuerzas, y quieres que todo termine pronto. Pero en ese momento, surge la chispa que te está diciendo: esfuérzate, supérate y sigue adelante, no
decaigas, tu voluntad se impone para superar ese cansancio y ya no te rindes.
Entonces tu fatiga te reconforta y disfrutas cuando
tu cuerpo se va adaptando al esfuerzo. En ese momento estás venciéndote a ti
mismo, quieres conseguir eso que te has propuesto y para ello son necesarios
estos duros entrenamientos que quizás te dejen molido, pero son el aliento que
necesitas para conseguir tus proezas.
Chico esto es lo que me gusta de ti, que no te
quejas, ni eres apático, ni tampoco cómodo, sino que te implicas a fondo, para
conseguir tus deseos.
Y pasan los días, te perfeccionas y superas tus
registros, en los entrenamientos, también te pones más fuerte, tus músculos se
cargan de energía y te notas superior y todo indica que toda va bien y que
conseguirás tu objetivo, porque luchaste, corregiste tus errores y mejoras tu
habilidad en el agua.
Podría por tanto decirse de ti que estás en un
momento óptimo y el triunfo vendrá y quizás en la próxima competición se
ilumine tu rostro con el triunfo y tú te acordarás de todo esto y más y ESE DÍA
SERÁ MÁGICO.
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