Quizás llegues cansado/a a la piscina por tus tareas
en el instituto, todo el día encerrado/a, luego estudiar y hacer tus deberes
escolares, y ahora a machacarte, y tú no
tienes ganas de entrenar, de pelearte por superarte, ni de hacer absolutamente nada,
es un día vacío para ti, y para colmo
ese día tu entrenador exige concentración máxima en el entrenamiento y trabajo
al 100% y piensas que no estás para eso. Pero yo te digo que tú eres un/a nadador/a, y es
ahora cuando tienes que demostrarlo, piensa simplemente que puedes hacerlo,
aunque no sea tu mejor día, ni tu mejor momento, no permitas que tu dejadez se
apodere de ti y te convierta en un/a nadador/a que sólo se arrastra por la piscina
sin más. Aplica algo de esto y todo cambiará:
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Nada con fuerza más que nunca.
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Nada con pasión.
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Nada disfrutando de cada serie y cada tarea que te proponga tu
entrenador, llevándolas al límite de tu capacidad.
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Concéntrate en lo que haces.
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Lucha hoy todo lo que puedas, lo vas a conseguir.
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Piensa que el entrenamiento de hoy es el mejor de tu vida como nadador/a.
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También no te olvides de disfrutar, de sentir el agua como nunca lo has
hecho.
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Cada serie, cada largo que tu hagas trata de hacerlo lo mejor posible,
corrige tus defectos y tus errores, y siente la mejor sensación.
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Y también cuando sientas el dolor en tus brazos, no abandones y sigue,
casi seguro que puedes dar un poco más.
-
Disfruta siempre como lo hacen los niños/as pequeños/as, que empiezan a dar
sus primeras brazadas, esa quizás sea la clave para conseguir aquello que te
propones.
Y después de poner en práctica todo esto, casi
seguro que te sentirás mejor y mucho más contento/a y feliz.
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