Cuando el deporte se convierte en
una olla a presión, sin importar la salud del deportista, el deporte puede ser algo peligroso.
Algunos deportistas de élite en
pos de una gloria efímera, en ocasiones, fuerzan sus capacidades al límite ya sea recurriendo a drogas que aumentan su
rendimiento, sobre todo en pruebas de larga distancia como la eritropoyetina
que es una hormona que estimula la producción de glóbulos rojos en la sangre.
Otros para aumentar el oxígeno en
la sangre hacen uso del doping sanguíneo. Estas prácticas están prohibidas,
pero algunos deportistas las utilizan y entonces el deporte se convierte en
algo peligroso para su salud, que es lo que por encima de todo debemos de
buscar en el deporte.
Suele ocurrir en el mejor de los
casos que pueden producirse lesiones
musculares como desgarros, alguna conmoción cerebral, etc. y entonces el
deportista ya no es un deportista, sino un enfermo y en el peor de los casos
puede suceder la muerte súbita, que evidentemente puede también deberse a otras
causas y factores.
Cada persona y cada deportista
tiene sus características, su tipología, su genética, etc. todos somos
diferentes y el factor limitante de nuestro esfuerzo quizás sea el sistema
cardiovascular del individuo.
Sin embargo también pueda ser que el factor límite venga de los nuevos métodos y sistemas de entrenamiento que utilizan los
deportistas en los diferentes deportes, o de la medicina y la investigación en
el campo de la genética ¿quién lo sabe?.
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