Bueno, quizás sea que me gustan los que pelean, los
que luchan, los que siempre están dispuestos a cambiar las cosas que salen mal
y lo intentan siempre.
Me gustan aquellos nadadores y nadadoras que prueban
hacer los ejercicios nuevos en los entrenamientos.
Los que aprenden de los errores que pueden cometer
durante los entrenamientos y los superan.
Con todo el esfuerzo que pones en los entrenos,
sencillamente no existe el fracaso.
También tengo un gran aprecio por todos los
nadadores y nadadoras que tienen como premisa de cualquier meta el esfuerzo
continuado hasta que lo consiguen.
Reconocer los esfuerzos que hacen tus nadadores, es
lo mejor que puede valorar un entrenador.
Cuando los nadadores trabajan duro y logran lo que
les he propuesto en el entrenamiento, me gusta reconocerlo y destacarlo.
Una sonrisa, un toque de palmas entre el entrenador
y el nadador, es suficiente para destacar algo que hace bien en los
entrenamientos, sus esfuerzos se sienten recompensados de esta manera.
Y no me olvido por supuesto del nadador o nadadora
más torpe del equipo que también hay que elogiarlo, cuando con sus esfuerzos
consigue algún pequeño logro, es importante para él o ella y hay que
demostrárselo que por supuesto contamos con él/ella.
Durante los entrenamientos me hace especialmente
feliz cuando los nadadores se ayudan unos a otros a superarse y se lo demuestro
con un elogio individual a cada uno por esta actitud.
Y que hay de los errores, pues que los errores los
comete todo el mundo, yo no le doy mayor importancia, sí por supuesto los
valoro y lo que tratamos siempre de superarlos con los entrenamientos, sin más.
Y estoy convencido que es mejor pelear que rendirse,
siempre puedes hacer algo por cambiar la situación.
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