El otro día me encontré con Pablo, un ex nadador, y
yo le recordaba como un chico responsable, serio, eficiente y excelente
deportista. Sin embargo durante nuestra charla me dijo algo que me dejó descolocado.
“Juan, ya no me gusta la natación deportiva”, y yo quise saber algo más del
porqué de esta afirmación y el me soltó lo siguiente:
Juan, tu sabes que desde mi niñez he estado nadando,
cada vez más rápido para ser cada vez mejor y durante todo este tiempo he
pulido muchos defectos gracias a tu ayuda y la de otros, también he
desarrollado un espíritu luchador, pero la mayor parte de las veces no he
disfrutado de esto como yo desearía, es más, he ganado y perdido muchas veces y
el mayor disfrute lo conseguí nadando relajadamente sin importarme para nada
las marcas, sólo por el mero hecho de sentirme bien.
Juan como entrenador sabes que los niños compiten ya
desde la niñez, se fomenta la competitividad y se premian a los mejores con
medallas y trofeos, a los que tienen las mejores marcas de edades, etc., pero
no se les enseña a divertirse con la natación, con los ejercicios de estilo,
con los compañeros de club, prima sobre todo la disciplina y el entrenamiento
quizás demasiado serio.
A mí por aquella época lo que más me gustaba eran
los calentamientos, relajados, suaves el nadar bien como tú decías, pensando en
todos los gestos y movimientos que hacíamos y tratando de llevarlos a la
perfección .
Pero las
series ya eran otra cosa, concentración, afán de superación, ir a por todas, no
me sentía bien.
La temporada de natación hay que aprovecharla bien,
ir preparándose poco a poco puliendo etapas para llegar al máximo rendimiento
en un momento determinado, pero esa misma preparación no nos impide algo tan
sencillo como disfrutar de lo que pudiera haber sucedido sin tanta
planificación, sin tanto control.
Qué más da ganar o perder una carrera, de verdad es
eso importante, o lo importante es tener un bonito estilo, deslizarse bien por
el agua como un pez, formar parte del líquido elemento sin pelearte con él,
disfrutar del medio acuático con total alegría y entusiasmo.
Yo cuando practicaba la natación deportiva buscaba
como un loco bajar mis marcas, ser cada vez mejor, siempre estaba en tensión,
siempre preocupado por conseguirlo, ahora ya no lo hago, sencillamente lo único
que me importa es pasar un buen rato agradable en el agua cuando voy a la
piscina, no de forma habitual, gozar ese momento y sentirme bien, sentir unas
buenas sensaciones en mi cuerpo y relajar la mente y no sabes lo bien que me
encuentro al salir.
Y es más, me gustan aquellos nadadores y nadadoras
que tienen un bonito estilo, que nadan bien, que parecen acariciar el agua
cuando nadan, son finos e independientemente que ganen o pierdan una carrera,
para mí eso es en esencia la natación.
En fin Juan la competición ya no me seduce.
Me alegro de verte Juan, yo también a ti Pablo y
gracias por estos comentarios de gran sabiduría, un abrazo.
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