Porque efectivamente te gusta nadar con una buena
técnica.
Sácale partido a cada entrenamiento, desarrollando
todo tu potencial.
Escucha a tu entrenador y a tus compañeros de
equipo, aprenderás cosas y te ayudarán a conseguir tus metas.
Sueña con cada brazada que das.
Date ánimos a ti mismo si no has entrenado como tú
querías.
Practica con constancia, esfuerzo y dedicación.
El entrenamiento plantéalo como un proceso para
conseguir tus objetivos y trata de superar tus limitaciones en las tareas que
vayas desarrollando.
Acude con confianza a las competiciones si sabes que
tu entrenamiento es el óptimo, e intenta conseguir un buen resultado.
Nunca sufras por los errores y sí aprende de ellos.
Arriésgate a nadar el estilo que no te gusta e
intenta darlo todo.
Y algún día quizá puedas decir: esa carrera la nadé de forma magistral y excelente, y eso es
realmente lo que importa.
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