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lunes, 6 de septiembre de 2010

Enseñanza atípica a un niño de 4 años


Desde principios de julio estamos entrenando con el equipo de natación, en una piscina al aire libre de 25 metros, para competir en algunas travesías del verano y también tratando de mejorar algunos aspectos técnicos, dado que ahora disponemos de algo más tiempo y pensando de cara a la temporada 2010-2011. Pues bien, en esta tesitura surgió el enseñar a nadar a David un niño de 4 años. David es hermano de María una de las niñas del equipo de natación.

Para no entorpecer demasiado nuestro trabajo de entrenamiento aprovechaba los calentamientos para enfocar la enseñanza con David.

En un principio David era reacio a meterse en el agua y los primeros días traté de convencerlo que se metiera conmigo en el agua, no consiguiéndolo, pero no forcé la situación

Eso si, nos miraba como entrenábamos. Así, después del 3er día David accedió a bajar por la escalerilla sujetándole yo junto con una tabla.

Ya dentro del agua David se aferraba con mucha tensión a la tabla. El proceso de coger confianza comprenderéis dada la situación fue lento, tratando de que se encontrase en el agua con absoluta tranquilidad, y que se mantuviese en equilibrio con la tabla, ayudándole en principio y luego el sólo pero yo cerca de él dentro del agua, no sin escuchar antes sus lamentos, pero no cediendo a los mismos, eso sí manteniéndome a la expectativa de todo lo que sucedía.

En los siguientes días, asociado al miedo se produjo el bloqueo de la respiración provocado por las salpicaduras de los nadadores durante el entrenamiento, reducimos su impacto y yo estaba siempre cerca de él..

Más adelante empezó a mover algo las piernas en forma alternativa y llevándole los pies suavemente para que los empeines hicieran el batido de forma correcta.

El mayor inconveniente es estar con otros nadadores, ya que David se asusta con el movimiento brusco del agua, aunque ya va estando más tranquilo después de varias sesiones.

Los días van pasando y fuimos avanzando en confianza, hoy David es capaz de estar en el agua sólo con la tabla y mover las piernas y es capaz de dirigirse con la tabla hacia un lugar determinado y dar la vuelta.

El siguiente paso que estamos tratando de hacer es que coja confianza, que aprenda a flotar de espalda. También hacemos posición ventral nadando como un perrito, primero agarrándome el a mi las muñecas y yo de pie enfrente a él y luego trato de que se suelte.

El aspecto de la ambientación no tenemos muchas posibilidades dada la piscina que para él es profunda. Paliamos esto de forma que se encuentre muy cómodo dentro del agua.

No tener prisa es muy importante en estas edades, disfrutar de lo que hagáis que el niño-a esté contento y eso sí siempre tratar de conseguir pequeños logros que le ayuden a conseguir el objetivo que no es otro de que se divierta, que le guste el agua y que disfrute de la actividad.

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