Indudablemente, si nos esforzamos durante el ejercicio, notamos cambios en nuestro cuerpo y consecuentemente se producen adaptaciones en los músculos (ácido láctico), corazón (aumento de la cantidad de sangre que el corazón puede impulsar por minuto en cada latido y descenso de la frecuencia cardíaca), respiración, pulmones, sistema nervioso. A medida que vamos entrenando somos más capaces de responder a nuevas formas de ejercicios durante nuestro entrenamiento,, nos cansamos menos.
Pues bien, todas estas adaptaciones se ven mermadas por lo siguiente:
Si no nos esforzamos lo suficiente durante el entrenamiento.
Si no le dedicamos el tiempo necesario a entrenar.
Si no tenemos suficiente descanso (de 7 a 8 horas).
Si nuestra dieta no es la adecuada.
Si no asistimos con regularidad a los entrenamientos.
No conseguiremos la mejora que sería deseable.
Pues bien, todas estas adaptaciones se ven mermadas por lo siguiente:
Si no nos esforzamos lo suficiente durante el entrenamiento.
Si no le dedicamos el tiempo necesario a entrenar.
Si no tenemos suficiente descanso (de 7 a 8 horas).
Si nuestra dieta no es la adecuada.
Si no asistimos con regularidad a los entrenamientos.
No conseguiremos la mejora que sería deseable.
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